miércoles, 30 de septiembre de 2009

Culpable de elegir


Elegir una de las vías y rescindir las otras...

Dar un paso atrás para poder avanzar, perder y ganar al mismo tiempo.

Evaluar los caminos y tomar el que suponemos mejor.

Decidir sin saber el resultado, decidir sabiendo que podemos equivocarnos.

¿La espada o la pared? Y cuando elegimos, ¿por donde salimos?

¿Que pasa si nos dejamos estar y en medio de nuestra duda nos clavamos la espada?


Decidir con miedos, decidir lo menos peor, decidir... es sencillamente terrible.

Decidimos e irremediablemente viene la "culpa".

La culpa de no saber que hubiese pasado si elegiamos lo otro, la culpa de todo lo que dejamos, la culpa (la peor) de saber que elegimos mal.


La culpa, leve o grave, no es más que el resultado de una decisión tomada (acertada o errónea)


Y las decisiones, a la larga... se festejan o se pagan.

3 comentarios:

  1. Si nos damos permiso y somos capaces de elegir con los sentimientos,usando la razón sólo un poco. El éxito a la larga está asegurado! al menos porque nos quedará la sensación que hicimos lo que sentimos que debíamos hacer!

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  2. Decidir es inevitable, no hacer también es decidir.

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  3. muy verdad, las decisiones se festejan o se pagan. excelente.

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